jueves, 20 de agosto de 2009
Palma, líder en violencia machista
SEBASTIÀ VERD La Directora General de Educación, Igualdad y Derechos Cívicos de Cort, Elena Quintana, destacó ayer un hecho singular: Palma es líder en denuncias de violencia de género. Un dato que, según el Servicio Municipal contra la Violencia, es positivo, porque demuestra que existe un mayor grado de concienciación que en otras ciudades y que, por tanto, aquí es más fácil perseguir a los agresores machistas. O, para ser más exactos, que aquí lo tienen más difícil para esconder su delito, porque la mujer ha tomado conciencia de su papel y denuncia a los maltratadores. En total, el año pasado, 1.800 palmesanas denunciaron ser víctimas de malos tratos, lo que porcentualmente supone un 20% más que la media española y un 10% más que el resto de Balears. Qué duda cabe que una cultura urbana y una mayor y más frecuente información influyen en este proceso de ayuda a salvaguardar los derechos de la mujer, pero ¿será verdad eso de que las mujeres de Palma tienen un mayor grado de conciencia que quienes residen en la Part Forana e, incluso, en ciudades como Madrid o Barcelona?
Nadie pone en duda el excelente trabajo que se desarrolla desde Cort a favor de la mujer maltratada, ni tampoco el de otras instituciones, como el Consell, al que el año pasado se acogieron ciento cincuenta víctimas que, tras denunciar su caso, habían quedado desamparadas. Sin embargo, cuesta creer que el mayor porcentaje de denuncias se deba sólo a que existe más conciencia sobre la violencia de género, sino a que, quizás, haya más casos de violencia. En realidad, la información que reciben las palmesanas no es muy superior a la que tienen sus compañeras de otros municipios de la isla. De hecho, los datos proceden del Consejo del Poder Judicial que, desde su punto de vista, admite que Balears es la comunidad con mayor ratio de violencia de género, con un 10´4% por cada 10.000 habitantes. El que Palma o, mejor dicho, su partido judicial, doble este porcentaje y sea líder indiscutible se debe, sobre todo, a sus características demográficas, es decir ser una ciudad que ha crecido de la noche a la mañana, con un elevado índice de población desarraigada, culturalmente diversa y familiarmente desestructurada.
Hay otro dato estremecedor. Un informe del ministerio de Igualdad sitúa Balears a la cabeza de las víctimas mortales a lo largo de la última década. Entre 1997 y 2007, veintidós mujeres fueron asesinadas a manos de sus compañeros (por decirlo de alguna manera) lo que supone un 5´4% por cada millón de habitantes. Un porcentaje terrible que demuestra que aún hace falta mucho camino para que la concienciación no sólo de las mujeres sino de toda la sociedad sea una barrera infranqueable para los violentos. Los primeros pasos se han dado. Observatorios y oficinas, como la de Cort, prestan una ayuda inestimable. Las mujeres maltratadas disponen ya de centros a los que acudir en busca de ayuda y cada vez son más las que están dispuestas a acudir a los tribunales, pese a que las estadísticas nos digan que una de cada cuatro denuncias acaba siendo retirada. Pero no es suficiente. Si pensamos que sólo un 10% de los casos es denunciado, 18.000 palmesanas habrían sido víctimas de la violencia machista en sólo un año. Esto es mucho más de lo que una sociedad puede soportar, pero ésta es la realidad.
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